Una de las definiciones de la palabra “crisis”, es aquella, que define una situación grave y decisiva que pone en peligro el desarrollo de un asunto o un proceso. Por otra parte, la “vocación” se podría definir, como la "inclinación o interés que una persona siente en su interior, para dedicarse a un determinado trabajo o forma de vida".
Por tanto, podríamos pensar que la “crisis vocacional” o la “falta de vocación”, es cuando una persona siente en su interior, que no se dedica a una determinada forma de vida o a un determinado trabajo, y que por tanto no vive en coherencia con su misión, valores y cultura.
Entendiendo por “Misión”, “aquello que engloba nuestra «razón de vivir» o «la razón de ser», y el conjunto de normas, valores, suposiciones, creencias, formas de actuar, pensar y sentir que tiene cada persona conforme a su cultura o en el caso de una empresa, a su cultura empresarial.
Por tanto, para encontrar nuestra vocación, debemos buscar los puntos comunes entre los siguientes 3 bloques: (1) ¿Cómo soy (yo) y cuáles son mis talentos?; (2) ¿Qué puedo aportar (yo) a la sociedad y/o el mercado ?; (3) ¿En qué lugar y con quién, puedo (yo) desarrollar mis talentos?
Por tanto, has de conocer bien tu mundo interior:
Tus hobbies, aficiones, gustos, entretenimientos. ¿Qué es lo que amas?.
Tus “soft-skills”: Es decir, tus cualidades personales, competencias, fortalezas, habilidades, destrezas, capacidades...
Tus “hard-skills”: ¿En qué eres experto?; ¿de qué sabes? o ¿en qué te gustaría formarte?. Es decir, tus conocimientos o áreas de dominio.
Tus metas, o lo que es lo mismo: ¿qué es lo que quiero y priorizo para mí?. ¿Busco algo que me dé prestigio, reconocimiento familiar o de mis amigos, tener tiempo libre?
Proyección y visualización: hay algún asunto en el que quiera colaborar concretamente... ¿en qué? En salud, en educación, en vivienda, genética, física, química, biología… ¿Qué me gustaría estar haciendo la mayoría de mi tiempo laboral? Investigando, asesorando, llevando la contabilidad, entrenando a otras personas, haciendo deporte, etc.
Por otra parte, he de conocer muy bien, el mundo que me rodea:
¿Cuáles son las mega-tendencias? ¿Cómo está cambiando la tecnología el mundo? ¿Qué necesita de mí, el mercado, la sociedad, una empresa, etc.?
Es decir, cómo, con lo que yo sé o con lo que puedo llegar a saber (formación), unido a mi forma de ser (mundo interior) y alineado con mi (misión) puedo aportar valora las necesidades del mercado, a la sociedad, etc. y a cambio, recibir una remuneración que me permita vivir y sentirme valorado.
Y, por último, pensar el lugar óptimo en dónde poner en valor aquello que eres, en consonancia con lo que necesita la sociedad y por lo que recibiré una remuneración. Es decir ¿Dónde?:
¿Con qué o con quién te gusta o te sientes más cómodo desempeñando tu papel? Con personas, con adolescentes, con animales, con ordenadores, con plantas, con sustancias químicas, con pacientes, con gráficos, material deportivo, con alimentos...
¿Cómo te gusta estar la mayor parte del tiempo? Sólo, en grupos, trabajar en equipos grandes o pequeños, etc.
y ¿Dónde te gustaría trabajar? Al aire libre, en lugares cerrados, en el mar, en la montaña, en un hospital, en una escuela, en un ministerio, en un instituto de investigación, en un laboratorio.…
Albert Einstein dijo en cierta ocasión: “Si yo tuviera una hora para resolver un problema, y mi vida dependiera de la solución, gastaría los primeros 55 minutos en determinar la pregunta apropiada, porque una vez conociera la pregunta correcta, yo podría resolver el problema en menos de cinco minutos”.