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Si nos fijamos en los estudios y encuestas sobre Felicidad y bienestar en el trabajo, la conciliación laboral y personal es el factor más valorado para alcanzar la felicidad en el trabajo, (VII encuesta Adecco ‘La felicidad en el trabajo’). Le sigue el buen ambiente laboral o tener un buen jefe.
Esto es, ser dueños y responsables de nuestro tiempo.
Las formas de trabajo han cambiado. Y lo que piden los trabajadores también. Antes, buscábamos estabilidad en un puesto, un contrato indefinido y un salario digamos, interesante. Los tiempos cambian. Eso lo sabemos todos.
Si ahora preguntas a un Millennial si le interesa para trabajar un puesto fijo con un horario concreto, te mirará con cara de horror. Lo que buscan los trabajadores del futuro es LIIBERTAD. Libertad para trabajar en el espacio de tiempo que se quiera. Libertad para trabajar desde donde se quiera (total, sólo necesitamos conexión a internet para poder hacerlo en la mayoría de los trabajos). Y Libertad para el desarrollo profesional, dentro, o fuera de la misma empresa.
Las empresas se enfrentan a un tremendo reto: una nueva cultura de trabajo.
La digitalización, la nube, el Big Data… todas estas facilidades tecnológicas han hecho que avancemos inmensamente. La frontera entre vida laboral y personal, en esta era de la hiperconectividad digital, es cada vez más difusa. Y por tanto hace que surjan nuevas exigencias que deben asumir las empresas si quieren atraer y, sobre todo, retener talento.
El equilibrio entre el trabajo y la familia o el tiempo personal es uno de los aspectos más importantes de un entorno laboral saludable. La conciliación es, además, uno de los pilares de la retención del talento y, en especial, del femenino.
Encontrar y apoyar este equilibrio es corresponsabilidad de las empresas (que lo facilitan) y de cada uno de nosotros.
Además, la conciliación ha dejado de ser algo reservado en exclusiva para madres y padres con hijos pequeños. Cada vez gana más peso como una prioridad para todas las generaciones que conviven en la empresa. La cultura laboral ha ido cambiando y tiende a centrarse en la productividad y validez de cada empleado en lugar de en las horas que pasa en su puesto de trabajo.
El colectivo que tiene mayor peso a la hora de implantar una cultura de conciliación en una organización es la alta Dirección. Esto quiere decir que la conciliación debe convertirse en un objetivo estratégico para la empresa.
Por lo tanto, clave número 1: En las empresas, todo depende de la Dirección.
Según los datos del estudio realizado por Willis Towers Watson Global Workforce, “sólo el 44% de los empleados considera que los directivos o managers de su organización muestran interés real en su bienestar”. Los directivos deben implicarse, facilitar y dar ejemplo para lograr que sus empleados logren conciliar su vida laboral y familiar.
Clave número 2: Debemos enfocarnos en una cultura de Resultados
El enfoque empresarial está evolucionando. Pasamos de una cultura del esfuerzo, en la que se reconoce a las personas que más tiempo y esfuerzo dedican a sus tareas (cultura del presencialismo) hacia una cultura de resultados y eficiencia. En ella se refuerza a las personas que cumplen objetivos, con independencia del tiempo que hayan necesitado emplear. Esto favorece la flexibilidad en el reparto de su tiempo y el equilibrio entre su vida laboral y personal.
Clave número 3: Ponerse manos a la obra
Volvemos a hacer mención del concepto CORRESPONSABILIDAD. Las empresas deben poner a disposición de los trabajadores medidas facilitadoras (a ser posible, mejorando las obligadas por ley). Y los trabajadores deben comprometerse, ser responsables, productivos y capaces de hacer esfuerzos extra en momentos puntuales. Todos estamos implicados en un proceso de transformación cultural.
Según el Estudio 1000-1 Recetas para Conciliar elaborado por Fundación Más Familia, las medidas que más están implantando y ofreciendo las empresas en España son:
La flexibilidad de horarios es la más implantada. En segundo puesto, el seguro de vida se asienta como una de las medidas más arraigadas en las empresas españolas.
Las actividades como las organizadas el año pasado por el Campus de Conciliación Familiar CEU, por ejemplo, fueron un rotundo éxito. La institución organizó de forma gratuita para sus empleados, campamentos de verano. El éxito de este programa de conciliación se vio reflejado en la participación de más de 400 hijos de profesionales del CEU.
¿Realmente toda la inversión que se hace en medidas de conciliación resulta beneficiosa para las empresas?
Muchas de las grandes, con su experiencia, han demostrado que sí.
En general se observa:
Todo esto se traduce en lo que toda empresa busca ver en sus resultados: un aumento de la productividad. Porque trabajar más horas no quiere decir que se produzca más. Es esencial desprenderse de miedos y conseguir una transformación cultural para medir el trabajo por objetivos y resultados, no por horas en la oficina.
Es por eso que la conciliación beneficia a toda la organización, e incluso mejora sus resultados de negocio.
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