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¿Has pensado alguna vez de una persona que “ha nacido con estrella”? Sí, amigos, no es solo suerte. Es cuestión de actitud.
Hay personas que parecen amigas del éxito. Todo lo que hacen tiende a salir bien. Hay otras personas, sin embargo, que parecen una nube negra. Tienen “mala suerte”, todo les sale mal. Hay momentos en los que todo parece pesar más de la cuenta y momentos en los que parece que todo rueda y sale solo.
Ese factor “X” que parece determinar si la suerte nos sonreirá es algo que llevas dentro.
Es tu actitud.
Y la buena noticia es que depende solo de ti.
Muchas veces percibimos la actitud como el resultado de lo que hay a nuestro alrededor. Como si fuera el fruto de las circunstancias que nos rodean. La actitud, en realidad, es consecuencia de tus decisiones. Es la respuesta que tú decides dar a las situaciones que te plantea tu entorno.
Cuando no cuidas la forma que tienes de reaccionar, tu actitud se construye de forma automática y descontrolada. Si sucede algo bueno, tu actitud es positiva, te empuja y te motiva. Pero cuando sucede algo malo, tu actitud se convierte en una carga. El problema es que siempre llega algún momento que no ayuda. ¡Debes darle un empujón a fomentar una actitud positiva y constructiva!
Cada reacción a cada suceso que nos encontramos se convierte en una marca en nuestro estado emocional. Al final hay un tipo de reacción que predomina, eso es tu actitud. Por eso cada forma de reaccionar cuenta. Construir una actitud positiva, que nos ayude a realizar nuestro máximo potencial, es un trabajo diario y constante. Cada pequeña decisión cuenta. Se convierte en automático, y termina saliendo solo, por defecto. Nuestro cerebro y nuestra emoción se hacen adictos a las actitudes positivas de la vida, y nos demandan más.
En el fondo, queremos ver ser felices ¿Quién no? Así, vamos dejando un poco de lado las acciones negativas o que no nos ayudan.
No siempre podemos mantener un estado óptimo en nuestra actitud, y eso está bien. El problema es que las emociones negativas son fuertes y se enredan en nuestra mente. Es difícil reprimirlas. Por eso, tenemos que dejar un espacio para ellas. A veces es mejor permitirlas, dejarlas salir. Pero también dejarlas marchar. Está bien tener reacciones negativas, pero es importante no quedarse ahí.
Cuanto antes puedas abandonar una sensación negativa, mejor. Permítete un momento malo, sácalo, pero luego tienes que dejarlo marchar, esa es la condición.
Crear una actitud positiva ante la vida, los negocios, los restos profesionales, los estudios, la familia… no es una fórmula mágica. Se trata de algo mucho más simple. Una actitud positiva es el factor que alinea de forma fluida todo lo que hay en ti. Es el factor que coordina tu yo profundo para que alcance su máximo potencial.
Tener una actitud sana y positiva te acerca a ser la mejor versión de ti mismo. Y solo la mejor versión de ti mismo puede lograr el éxito absoluto
"Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia" Marcel Proust
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