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Empezamos conociendo el Coworking, pero ahora llega lo último en espacios colaborativos profesionales. El coliving está aquí y ha llegado pisando fuerte.
El coworking comenzó como una manera nueva de ofrecer posibilidades y espacios compartidos de trabajo para los profesionales. Obviamente, ha sido rápida la manera en que se ha hecho tan popular: compartir gastos, facilitar el emprendimiento, compartir espacios con otros profesionales y algo mucho más importante aún… entrar en un ambiente donde lo que prima es el trabajo y donde se intercambia mucha información. Se fomenta la creatividad, se impulsa la co-creación y sirve de fuente de inspiración. El coworking ha seguido creciendo y poco a poco ha incluido en sus “servicios”, otras actividades complementarias, como son la organización de eventos, espacios comunes dedicados al bienestar personal o servicios como wifi, salas inteligentes o zonas de descanso.
La oferta de servicios se ha dado la vuelta. El coliving te ofrece un espacio donde vivir compartiendo gastos como si de un piso compartido se tratara, pero da un salto en sus ventajas: crea un espacio de colaboración para emprendedores.
Es decir, el coliving es el hermano mayor del coworking.
No se nos ocurre una definición más sencilla: imaginemos una residencia de estudiantes, pero para emprendedores. El sistema es simple. Se alquilan habitaciones o estudios, en los que se tiene acceso a espacios comunes. La burocracia queda solucionada por parte de la empresa gestora (luz, agua, calefacción, internet, limpieza, Netflix… ¡todo!) y por si fuera poco, te organizan eventos y actividades para fomentar la interacción entre los colivers. Networking en la puerta de casa. Pagas por vivir con gente en las mismas circunstancias que tú.
El precio del alquiler de estas habitaciones está por encima de la media respecto a un piso compartido (los alquileres pueden rondar los mil euros, llegando incluso a doblar el precio de mercado de una habitación “estándar”), pero nos aseguramos que los gastos de servicios están incluidos y que además nuestros colivers vecinos son emprendedores como nosotros.
Gimnasio, Netflix, cenas conjuntas o zonas de reunión son algunos de sus beneficios.
Por norma no se aceptan estudiantes, a no ser que lo sean de un MBA. No buscan parejas ni familias, sino que el perfil para estos espacios de lujo son emprendedores de los pies a la cabeza. Los colivers son creativos, innovadores, trabajadores y que buscan relacionarse y formar parte de una comunidad.
Networking. ¿Hace falta decir más? Convivir con gente que se mueve en entornos y sectores distintos, ampliar la red de contactos, compartir información… quizás con esta primera razón baste para empezar a seducirte.
El ambiente fomenta la creatividad empresarial.
Ayuda para solucionar problemas en la puerta de al lado.
Acceso a espacios de coworking
Permite centrarse y concentrarse en la filosofía del emprendimiento. Vivir en un ecosistema emprendedor.
El coliver es un emprendedor nato. Como hemos mencionado anteriormente, no se suelen admitir estudiantes que no estén cursando un MBA.
Si estás emprendiendo tu proyecto y buscas un alojamiento que te permita centrarte en lo que tienes que hacer, el coliving es perfecto. Si además buscas exprimir al máximo las posibilidades del coworking, no lo dudes. El coliving es lo tuyo.
Nos encontramos ante la forma de reinventar el “piso compartido”, para adaptarlo a la realidad empresarial del mañana.
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