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La vida es un continuo encontrarse con problemas y buscar una solución para cada uno de ellos. En los negocios ocurre lo mismo. Hasta aquí todo normal. Pero como ocurre siempre que aparece el concepto de Innovación, se nos piden nuevos modelos, nuevas metodologías, nuevos criterios. El Design Thinking es uno de ellos.
Esta metodología aúna la experiencia de un diseñador con la de un consumidor del producto.
La metodología Design Thinking tiene su origen en la Universidad de Stanford de California. Tim Brown, CEO de la consultora de diseño IDEO, fue quien la aplicó por primera vez en proyectos comerciales en los años 70 y hoy en día esta compañía se mantiene como referente en cuanto a Design Thinking e innovación.
El Design Thinking es una forma de diseñar y crear productos y servicios que busquen satisfacer de la mejor manera posible las necesidades de los usuarios haciéndoles parte activa del proceso de creación.
La piedra angular de este proceso de extrapolación es la empatía. Ponerse en los zapatos del consumidor.
Pensar “out of the box”, de manera disruptiva y dejando a un lado las creencias sociales como el miedo al fracaso.
¿QUIÉN PUEDE USAR ESTA HERRAMIENTA?
Lo bueno que tiene el Design Thinking es que se puede utilizar por todo el mundo. Es una herramienta de diseño de productos y servicios por lo que es útil en cualquier grupo de trabajo o de sector:
Design Thinking puede ser utilizado por cualquier grupo de personas que quieran afrontar un reto.
Empresas como Apple, Inditex o IBM también las ponen en práctica para el diseño de sus productos.
Seguiremos una estructura lógica de pensamiento que pase por:
Nadie puede adivinar sentado detrás de una mesa qué es lo que los consumidores van a preferir.
Esta estructura se materializa a través de 5 fases a las que se puede volver de forma reiterativa. Pero siempre ha de pasarse al menos una vez por cada una. Terminado el recorrido, la solución encontrada y validada con el usuario puede enriquecerse volviendo a alguna de las fases.
Estas cinco fases, etapas o modos no siempre son secuenciales. No tienen que seguir ningún orden específico y, a menudo, pueden ocurrir en paralelo y repetirse iterativamente.
EMPATIZAR
Lo primero es comprender las necesidades del usuario. Ponernos en su piel, en su entorno, en su cabeza. Y en sus problemas para darles una solución.
DEFINIR EL PROBLEMA
Con toda la información recogida en la etapa anterior, debemos hacer un filtrado para quedarnos con lo realmente importante. Identificar el problema real.
GENERACIÓN DE IDEAS
Cuantas más, mejor. Brainstorming. No debemos quedarnos con la primera idea que se nos ocurra. No hay límites. En esta fase es muy importante no limitarse con prejuicios ni convencionalismos. Todo vale.
A menudo las ideas más raras son las que nos dan las soluciones más innovadoras
HACER UN PROTOTIPO
Bajamos al plano real lo que hasta ahora era algo etéreo. Podemos “tocar” nuestra idea. Es mejor obtener feedback mientras se prueba el producto en una fase temprana y con menor coste.
EVALUAR
Probamos nuestro prototipo con la ayuda del público objetivo hacia el que se orienta nuestra solución. Solicitamos a estos usuarios su opinión. Una vez obtenido el feedback, incorporaremos las conclusiones para mejorar la solución que buscamos.
Es una fase muy importante ya que nos ayuda a identificar los errores y posibles carencias que pueda tener el producto. En base a las pruebas ya podemos presentar mejoras sobre el producto.
El resumen gráfico lo podemos ver en la siguiente imagen: Garabato de Daniel Newman.
De la incertidumbre inicial, pasamos por pensamientos “out of the box” y múltiples ideas. Nos basamos en la investigación y creación de prototipos hasta que la solución aparece como simple y sencilla.
En resumen, el Design Thinking es una metodología de gran utilidad para cualquier organización que quiera utilizar la innovación en sus productos y servicios. Su importancia radica en el usuario como piedra angular del proceso.
Design Thinking es el método más eficaz para conseguir ideas innovadoras y satisfacer a nuestros clientes.
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