“El espacio como experiencia”, por Jorge López, Alumni CEU
EL ESPACIO COMO EXPERIENCIA
La industria del automóvil está experimentando una profunda transformación, dado el cambio de comportamiento de los consumidores y de los mismos fabricantes.
Los llamados “millennials” luchan por cambiar el peso en nuestro pensamiento sobre el concepto “poseer”, en contraposición por el concepto “uso”.
Es decir en el campo del automóvil, lo que les prima es “transportarse” en vez de “poseer lo que les transporta”. Por tanto, estos cambios de comportamiento hace que compañías como “Apple” o “Google” jueguen un papel muy importante y compitan o creen alianzas junto con los tradicionales productores de coches.
Buscan crear productos más inteligentes, eficientes y ecológicos.
Con el uso de materiales más ligeros y que en definitiva se adapten a las expectativas de los clientes. Que aporten una conducción tan cómoda, que no exista “autónoma”. Y por tanto, que haga que el usuario se “transporte” y no “conduzca”, que le permitirá durante el trayecto tener acceso a todo tipo de contenidos y servicios de cara a optimizar su tiempo.
Pero… ¿cómo podemos trasladar esos cambios del sector del Automóvil al sector Inmobiliario? ¿Son sectores estancos entre ellos o tienen algún tipo de comunicación?
Bajo mi punto de vista, desde que al CLIENTE lo hemos posicionado en el “centro del modelo de negocio” debemos escuchar sus tendencias.
Nada, ni nadie, puede vivir en un entorno “estanco”. Sino más bien en entornos de “vasos comunicantes”.
Esos cambios se traducen en el sector inmobiliario en dos nuevos modelos de entender las necesidades de nuestros clientes: “Space as a Service” & “Build to be Rent”.
Queda cada vez más relegada la necesidad de que los individuos “tengan una propiedad”. Posición que ocuparán las grandes empresas y fondos. Y dándole el protagonismo al usuario. Que pagará de forma flexible por el espacio que utiliza, así como los servicios que consuman y el grado de flexibilidad temporal que requiera. Es decir, MODELO basado en “FLEXIBILIDAD, USO y SERVICIO”.
Si unimos estas tendencias inmobiliarias, con los principales cambios y movimientos demográficos:
Concentración del volumen de población en las ciudades vs las zonas rurales.
Incremento de los años de esperanza de vida y por tanto de la población mayor de 65 años.
Carencia de profesionales acordes a los “nuevos” puestos a cubrir.
Limitación de recursos energéticos (el uso exponencial de las nuevas tecnologías, hace que necesitemos duplicar las capacidades energéticas). Así como las reservas de agua que están en grave riesgo de agotarse.
Hace que los profesionales del sector inmobiliario tengamos el deber de satisfacer al mercado. Con productos acordes con las nuevas tendencias sociales y necesidades de nuestros usuarios.
Debemos pensar y enfocarnos en que el diseño de los activos tiene que ir acorde con los cambios que nos plantea la sociedad. Con un buen enfoque de ellos y de un planeamiento y ubicación adecuados, podrá hacer que España se posicione estratégicamente a nivel europeo o incluso mundial.
Por tanto, pensemos en:
Reenfocar el “Comercio” que se desarrolla en los centros y locales comerciales hacia actividades y experiencias basadas en el ocio. La fuerza del comercio online es imparable y supondrá un cambio de modelo y de uso del uso del espacio comercial físico.
En el área residencial, la promoción y el diseño de viviendas buscará disminuir el volumen del espacio habitacional. En contraposición con el aumento del espacio destinado a servicios comunes. Así como el diseño de productos acordes a las necesidades de cada “tribu”.
En lo que se refiere a las oficinas. El modelo de trabajo en entornos colaborativos tipo coworking es imparable. Junto a que las empresas potencian más la movilidad y el teletrabajo, hará que nos tengamos que plantear si necesitamos construir más metros cuadrados de oficinas o nos vale con nuestro actual stock. También si son adecuadas sus ubicaciones.
El uso de los aparcamientos de coches. Tanto de los centros comerciales, como de las oficinas. Junto con el crecimiento del modelo “carsharing” hace que nazca un hueco para cubrir las necesidades logísticas de la “última milla”. Potenciando la necesidad de entregar el producto a los usuarios de compra vía E-commerce, en contraposición con el modelo físico de tienda tradicional.
El aumento de la esperanza de vida hace que aumente la edad media de la población. Debemos pensar en conceptos como la “Ciudad del Mayor”. Donde se busquen economías de escala y se promocionen complejos de viviendas tuteladas en alquiler. En entornos seguros, tranquilos, con naturaleza, ocio y servicios enfocados a la tribu de “personas de mayores de 65 años”.
La disminución alarmante de nacimientos. Junto con el problema de la despoblación y la necesidad de atraer jóvenes talentos que cubran el vacío de las nuevas profesiones. Que se crearan en consonancia con las nuevas tendencias. Así como el incremento de la formación on-line vs en aula. Hará que se deba fortalecer la creación de una red nacional de Residencias de Estudiantes aprovechando nuestro clima y geografía. Con el objetivo de captar el talento mundial que cubra las demandas de los puestos de transformación digital. Análisis de big data, inteligencia artificial, comunicación entre sistemas (IoT), robots, realidad aumentada, impresiones 3D… Es decir, debemos ser la cuna donde los nuevos talentos decidan vivir, formarse y crear sus familias. Con el objeto de repoblar España con talento.
Y además:
Incremento de necesidad de acumular datos en la nube. Aprovechemos la enorme demanda de espacios físicos (servidores) que vamos a necesitar. Instalarlos en aquellas zonas de España como Aragón. Por su clima frío y seco, tiene mejores condiciones para su instalación y reducción de gastos de mantenimiento (OPEX). Quizás, por su clima y condiciones meteorológicas, podamos empezar a ver localidades que pasen de ser referente en secar jamones a ser un “hubs” de referencia en alojamiento de datos en sus servidores, que den soporte a “la nube”.
Por último, y no menos importante. El incremento de la necesidad del uso de recursos energéticos y de la escasez de agua. Nos hará replantearnos la reconversión de nuestros campos de cultivo en lugares más productivos mediante el aglutinamiento de grandes extensiones de explotación agraria. Así como la reconversión de parte de esas extensiones para plantar “aerogeneradores” o “placas solares”. Y potenciar el uso de energías renovables como la eólica o la solar. O incluso replantearnos si debemos construir nuevas presas para almacenar de forma eficiente el “agua de las lluvias”.
Por tanto, el sector INMOBILIARIO tiene un papel prioritario ante la transformación digital.
La evolución de los nuevos modelos económicos y entornos sociales. Lo inmobiliario está íntimamente ligado con lo físico y siempre el ser humano necesitará de un espacio donde vivir y trabajar. Eso sí, debemos escuchar las nuevas tendencias y entender el inmueble. Ya no sólo como algo sólo “físico”, sino como un “espacio” donde se debe: crear, experimentar, divertirnos y aprender.
En definitiva, la evolución nos está llamando a pasar al último escalón de la pirámide de Maslow.
Con el objetivo de buscar la tan deseada “Autorealización”. Aprovechemos esa oportunidad que nos brinda, el presente. ¿No os parece?