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Es curioso, pero cuando contestamos con un sencillo: “Sí, todo bien”, muchas veces termina la conversación. Sin embargo, si tuvieras que entablar con él o ella una conversación de más de diez minutos, ¿qué suele ocurrir? ¿qué temas son los más concurrentes? Piénsalo bien: los “dramas”.
Lo mal que está el país… lo ruidosas que están resultando las obras… los problemas de salud… etc. Son temas que nos dan pie a seguir conversando, preguntado e indagando en el interlocutor.
“Qué bien ha quedado la obra del portal” ya no nos deja mucho más recorrido. Un buen drama propio o ajeno da mucho más de sí.
Reconozcámoslo con un punto de humor. Sin drama, probablemente la vida sería más aburrida.
En general, porque inconscientemente lo llevamos de serie como método adaptativo.
"El hecho de que los malos sucesos tengan más poder que los buenos es adaptativo. Responder al mundo de esta manera promueve la supervivencia" Pablo Malo Ocejo, psiquiatra evolucionista.
Nuestro cerebro se encarga de mantenernos vivos, de protegernos de todo aquello que pueda interpretar como amenazante. Por eso dibuja siempre los escenarios menos favorables, para poder anticiparse.
Desencadena empatía. No te interesas tanto por la gente que te dice que todo está bien (te alegras, eso sí). Te preocupas por la gente que te dice que está mal, que tiene problemas. Nos hace ser el centro de atención y que se preocupen por nosotros. Nos ofrece más temas de conversación.
Cuando nuestra mente busca solo hechos y pensamientos negativos, los proyecta. No solo en nuestras conversaciones, sino en lo que hacemos y en lo que sentimos. Si estás preocupado por algo, al cerebro le es más fácil sacar temas de conversación negativos. Lo negativo nos cierra puertas. Sin embargo, cuando estamos felices y pensamos en positivo, se abren ante nosotros multitud de posibilidades.
Como siempre decimos, buscando el equilibrio nos encaminamos hacia la perfección. El equilibrio, la cordura y consciencia. Es importante desarrollar la capacidad de ser objetivo y consciente de las situaciones, del entorno. De darle a las cosas (en cada momento, negativas o positivas) el peso que realmente tienen.
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