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Hablar de inteligencia emocional está a la orden del día. No solo es importante en el seno de las empresas, sino en todos los aspectos de la vida de una persona: es necesaria para ser un buen marido o esposa. Para ser buen compañero dentro de un equipo. Y también para ser un buen LÍDER.
Pero no es lo mismo liderar que dirigir o gestionar. Cuando tenemos a nuestro “cargo” un equipo de personas, se requiere algo más que gestionar objetivamente un proyecto. Aunque no lo queramos, entran en juego las emociones. Y esto implica el conocimiento de cómo se impacta en cada una de estas personas. Y también de cómo lo vive la persona que los lidera.
Los buenos líderes empiezan por conocerse a sí mismos. Son aquellos que dominan el AUTO-CONOCIMIENTO y el AUTO-LIDERAZGO. Se conocen y se enfrentan a sus retos dejando a un lado problemas personales y confiando plenamente en sí mismos.
Se caracterizan por saber dar la importancia que merece a los sentimientos y emociones, tanto propios como ajenos.
¿QUÉ ES INTELIGENCIA EMOCIONAL?
La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos.
El término fue popularizado por Daniel Goleman, que definió la inteligencia emocional como “la capacidad de percibir y controlar los propios sentimientos y saber interpretar los de los demás”. Ya ha dejado de ser un término novedoso y se tiene cada vez más en cuenta en el mundo organizacional.
LAS EMPRESAS DEMANDAN CADA VEZ MÁS PERSONAS QUE ADEMÁS DE TENER UNA FORMACIÓN SÓLIDA, SEPAN CONTROLAR SUS HABILIDADES EMOCIONALES Y SOCIALES
Se ha demostrado que las personas emocionalmente inteligentes son capaces de detectar e identificar sus emociones, de comunicarse de forma asertiva, de analizar las reacciones y comportamientos de los demás intentando comprender el motivo de su reacción. Son personas con una alta capacidad empática, que saben reaccionar con calma ante cualquier situación.
¿El resultado? Líderes sobresalientes, personas proactivas, motivadas, seguras, personas FELICES.
La inteligencia emocional no es un rasgo innato, podemos desarrollarla a lo largo de nuestra vida. Para entrenarla es fundamental educar y reconocer nuestras emociones.
No se trata de controlar las emociones, sino de aprender a gestionarlas.
¿CÓMO AYUDA LA INTELIGENCIA EMOCIONAL AL LIDERAZGO?
Después de haber estudiado el funcionamiento de más de 500 compañías, Goleman concluyó que son cinco los elementos principales de la inteligencia emocional en el liderazgo:
Objetivo: regular las emociones para poder expresarlas. La gestión emocional empieza por una auto-observación. Es muy difícil gestionar algo que no conoces. La inteligencia emocional es poder elegir la respuesta ante un estímulo, y para eso se necesita tener la habilidad de saber pararse y observar.
Aprender a observar nuestras emociones y estados de ánimo, y también el de los demás, nos permite ser más eficientes y sentirnos mejor.
La inteligencia emocional es un predictor de éxito en la carrera profesional. Teniendo en cuenta la capacidad del trabajador para identificar y gestionar sus emociones, podemos saber si tiene más probabilidades de tener una carrera exitosa.
Estamos viviendo una era en que las compañías más punteras del mundo apuestan por perfiles dinámicos, creativos, curiosos y entusiastas. Esto se traduce en: más gestión emocional, más productividad, más éxito.
Y nosotros… ¿estamos educando correctamente a nuestros jóvenes para enfrentar el reto de liderar el mañana?
En los centros educativos CEU se trabaja con habilidades soft de inteligencia emocional integrándolas como un pilar más desde edades tempranas.
Un gran ejemplo de ello son los CCtalks, especialmente su última edición en el Colegio CEU Claudio Coello este pasado enero. Allí pudimos ver a Elsa Punset, una de las principales figuras en todo el mundo de habla hispana para la divulgación de la inteligencia emocional como herramienta para el cambio positivo.
¡No somos responsables de nuestras emociones, pero sí de lo que hacemos con ellas! Gestionar nuestras emociones está en nuestras manos.
Debemos ser conscientes de que la gestión emocional es una herramienta fundamental para relacionarse con los demás y alcanzar el éxito profesional.
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