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No solo porque hemos estado encerrados. Sino porque el teletrabajo es ya una realidad que apareció en nuestras vidas hace tiempo, se instaló a la fuerza hace tres meses, y representa el futuro de nuestra forma de trabajar. Una manera de trabajar en remoto que busca un equilibrio que combine el trabajo presencial y el teletrabajo.
Solo nos cambia el entorno. Y eso es un reto que no nos debe de ganar la partida. Simplemente, tenemos que volver a aprender. Adaptarnos. Es el momento de transformar nuestro liderazgo y estar al lado de nuestros equipos.
Es cierto que una gran parte de las acciones de un equipo tienen lugar en la misma oficina y cara a cara con compañeros y jefes (el trabajo del día a día, las reuniones, el café…). Mucha de la información necesaria para nuestras actividades o proyectos se intercambia en juntas de trabajo, en contacto directo uno a uno, e incluso en encuentros “de pasillo”. Pero esto ha cambiado y nos encontramos de repente solos. El éxito en la transición a un equipo remoto de éxito es, sin duda, la implicación y adaptación del líder del equipo. Y por suerte no está solo. Contamos con una tecnología avanzada para ayudarnos coordinar, trabajar y comunicarnos.
Los verdaderos líderes se preocupan de sus equipos. Ahora es más importante que nunca desarrollar la empatía. Las circunstancias personales de cada persona del equipo son distintas. Algunos pueden estar más solos, otros tener tienen que atender a la familia… incluso emocionalmente estar pasando por preocupaciones sobre finanzas o seres queridos.
Para conectar (o reconectar) con la cultura de la organización, es necesario que la compartas con tus colaboradores. Sentir los valores de la empresa y conectarlos con la visión del equipo genera confianza y motivación. Así será más fácil establecer los objetivos del equipo y las metas individuales de cada uno.
Estar todo el día controlando a tu equipo, no significa que vaya a ser más efectivo. Si conocen bien qué tienen que hacer o a qué punto tienen que llegar, permite que lo hagan solos. Un seguimiento excesivo mina la confianza y puede disminuir la productividad. Nuestros equipos necesitan sentir que se confía en ellos para hacer su trabajo, por lo que necesitan su espacio y posibilidad de tomar la iniciativa.
Evita los silos y el trabajo aislado. Hay que mantener el contacto. Estableciendo puntos de contacto recurrentes para que el equipo mantenga interacciones. Habilitando espacios para poder expresarse y compartir.
Nunca sabrás cómo van verdaderamente las cosas si no preguntas a tu equipo. Pide ayuda. Si no sabes hacerlo, exprésalo, pide consejo. Un equipo es un sistema, un engranaje. Si el líder falla, el motor falla. Para. Reflexiona y pide consejo. Todos somos nuevos en esto de la era digital y el trabajo en remoto. Busca una solución conjunta que pueda ser positiva para todos. Y para eso debes preguntar.
De acuerdo a un estudio publicado por Harvard Business Review, el 46% de los colaboradores remotos creen que los mejores líderes son quienes realizan check in’s frecuentes con sus colaboradores. Es por esto que la comunicación con los equipos a través de los canales digitales es tan importante
Los líderes más efectivos son los que saben adaptar su liderazgo a las habilidades y desempeño de sus colaboradores, ahora, en remoto.
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