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La resaca de un temporal sin comparación en los últimos 100 años, la tercera ola del COVID… Parece que 2021 no ha cambiado nada mágicamente como todos esperábamos, ni parece que lo vaya a hacer. Somos nosotros los que tenemos que hacer que 2021 sea un gran año. Y sí, este puede ser, y va a ser, un gran año. Vamos con un poquito de esfuerzo y motivación.
Viene por delante una temporada cuesta arriba, no nos vamos a engañar. Y eso, obviamente, no se encuentra libre de esfuerzo por nuestra parte. Seamos positivos, y veamos que lo bueno que tienen las cuestas arriba, es que, si llegas al final, ESTÁS ARRIBA, EN LA CIMA. Aprovecha, ¡te estamos contando el secreto! Los que lleguen hasta el final, van a quedarse arriba. Y eso requiere esfuerzo.
Todo es una carrera de fondo.
¿Te has planteado cuánto esfuerzo te va a costar ese “llegar hasta la cima”? Al final se trata de una carrera de fondo. La vida es una sucesión de hechos, experiencias, personas y obstáculos. Pero si lo piensas bien, encontrarás que hay una diferencia enorme entre tener capacidad de esfuerzo para seguir empujando, o tener GANAS de empujar. De nuevo, hablamos de que entra en juego el esfuerzo, pero también la motivación.
La motivación es una fuerza mucho más poderosa que cualquier otra cosa. No es que el esfuerzo no sea necesario. Digamos que es, más bien, cambiar la perspectiva. Es aprender a generar la capacidad de esfuerzo desde las ganas de llegar, desde la motivación.
Cuando realmente tienes ganas de conseguir algo, el esfuerzo deja de tener un matiz de sufrimiento porque el matiz de inversión para conseguir algo brilla más. Si estás ahorrando, cada euro que guardas es un euro que no te puedes gastar. Pero si estás ahorrando porque te gusta viajar, cada euro que ahorras te acerca un paso al viaje de tus sueños. Tu objetivo no tiene por qué ser un viaje, puede ser generar un colchón financiero. Cuanto más cerca estás de conseguirlo, más fácil te resulta. No hay cansancio acumulado.
Cuando alguien quiere dejar de fumar, es más fácil que lo consiga si se convence que desea dejar de fumar, que si lo hace porque es malo para la salud.
Cuando deseamos algo, cuando perseguimos un objetivo que nos motiva, nuestra capacidad de esfuerzo se multiplica.
Puede que haya objetivos que conseguir que no sean muy motivadores. La idea no es que seamos sujetos pasivos. No se trata de que algo externo genere en nosotros la actitud adecuada. Se trata de que seamos capaces de generar ese estado interno. Se trata de que encontremos las ganas de conseguir el objetivo, de llegar al final.
Un atleta no se motiva a llegar a la meta porque en la meta haya algo que quiere. Su motivación es interna, es su actitud, quiere ser el vencedor de la carrera. En la meta no hay nada físico por lo que los corredores compiten. La victoria es un logro personal, interno, y esa motivación es la más poderosa.
Si consigues generar las ganas de conseguir tu objetivo, si se convierte en algo que realmente quieres conseguir, multiplicas tus fuerzas.
Mantener la ilusión por conseguir algo no solo te acerca a conseguir ese algo, no solo te lleva al éxito con más fuerza. Hace que durante el camino vayas con una sonrisa. Disfrutar del viaje te hace ser eficiente, te hace ser fuerte, pero también te hace disfrutar.
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