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Cerrado por vacaciones. Cuánto nos gusta esta frase. Pero reflexionemos un poco cada uno… ¿realmente cerramos? Antes resultaba más fácil. No teníamos teléfonos móviles por lo que cualquier cosa que ocurriese en la oficina, quedaba en la oficina. No había wifi por lo que mirar la correspondencia era imposible hasta la vuelta al despacho. Nuestro cerebro lo sabía. No le quedaba otra. Y, por tanto, descansaba.
¿Quién no ha mirado ese correo que te entra al móvil fuera de tu horario laboral? ¿quién no ha contestado un whatsapp porque “es o debe ser urgente”? Y quién no se siente un poquito nervioso si no sabe qué está pasando en la oficina si yo no estoy…
A todos nos ha pasado. Pero no debemos confundir la responsabilidad laboral con el derecho al ocio y al descanso.
A priori, podemos pensar que una cosa no está reñida con la otra. Pero entonces, ¿por qué ha sido necesario que se recoja legislativamente el derecho a la desconexión digital en el ámbito laboral?
Venimos hablando desde hace ya bastante tiempo de las facilidades tecnológicas que nos ayudan a agilizar las tareas del día a día. Vivimos en un mundo de fast food. La urgencia de tener lo que necesitamos en el momento. Eso hace, además, que nos acostumbremos a exigirlo, como por derecho. Y, por tanto, nos afecta tanto en nuestro entorno personal como en el laboral.
Un estudio llevado a cabo por Infojobs pone de manifiesto este hecho, que se ha convertido en nuestra realidad (datos del Informe Anual 2017 InfoJobs–ESADE sobre el Estado del Mercado Laboral):
“El 51% de la población activa española afirma responder correos electrónicos y atender llamadas de trabajo durante las vacaciones o en fines de semana.”
“Solo el 28% de las empresas españolas afirma tener alguna política de desconexión laboral, mientras que al 76% de la población activa española le gustaría que su empresa la aplicara.”
El estudio también nos revela que los principales motivos son:
En el post anterior hablábamos de la Conciliación laboral y personal. ¿De qué nos sirven entonces todas las medidas, si no somos nosotros mismos quienes empezamos?
Encontrar momentos en los que dejar de pensar en el trabajo es vital para mantener la salud mental.
En 2017, Francia se convirtió en el primer país en establecer un marco legal para el derecho a la desconexión de los trabajadores de las empresas de más de 50 empleados. Unos meses después, Bélgica secundó la iniciativa.
España acaba de sumarse reconociendo en nuestro ordenamiento jurídico tanto el derecho a la desconexión digital. El año pasado entró en vigor Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales (LOPDGDD). En el Título X “Garantía de los Derechos Digitales”, en los artículos 87 a 91, se regulan, entre otros, una serie de derechos con una importante incidencia en el ámbito de las relaciones laborales entre empresarios y empleados tanto en el sector público como en el privado.
Tal y como su nombre lo indica, este concepto refiere a alejarse de la tecnología en momentos de descanso. No hacerlo supone, además de estrés o ansiedad:
VENTAJAS:
Para el empleado
Estar disponible a todas horas no es viable para nadie, por eso la desconexión digital trae los siguientes beneficios para el trabajador:
Para la empresa
Antes de que se debatiera en el Congreso de España la necesidad de regular la desconexión digital para los trabajadores, grandes compañías lo llevaban a cabo por los beneficios que aportan.
Como muchas otras medidas de conciliación, ni valen todas para todos los empleados o puestos de trabajo, ni todos los empleados pueden acogerse a ellas el 100% de los casos.
Se ha de atender al tipo de relación laboral empleo-trabajador. Si las obligaciones del trabajador consisten en la gestión de incidencias o emergencias -a cualquier hora- de un sistema informático, está claro que las medidas de desconexión digital no tendrán la misma validez que si un empleado tiene obligaciones de atender al público en horario de oficina.
Partiendo de la base de que debemos actuar con lógica, tenemos que incluir este apartado en el post.
Muchas empresas optan ya por retribuciones marcadas por objetivos. Y lo hacen facilitando al trabajador un horario flexible. Lo más importante para la empresa es que sus departamentos cumplan con los objetivos marcados. Este cambio de paradigma ayuda al teletrabajo. Los empleados pueden realizar las tareas con total libertad y gestionar el tiempo de una manera flexible.
Estamos enganchados a las tecnologías. Tanto para ocio como para temas laborales. Y se hace difícil a veces separarlo.
Estudios como el del uso de Redes Sociales en España, elaborado por IAB Spain, indica que los españoles pasamos una media de casi tres horas diarias conectados a nuestros perfiles de redes sociales, o que un 85,3% de los internautas de nuestro país ha consultado su correo electrónico en el último mes.
Por tanto, recae en cada uno de nosotros ser conscientes y saber cuándo debemos desconectarnos del mundo digital. El objetivo es conseguir una mejor salud mental, pero siempre sin descuidar nuestras responsabilidades laborales.
Como todo en esta vida, es cuestión de saber usar la lógica.
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