Este virus va a poner a prueba la capacidad de las políticas para recuperarse, por intentar ser como éramos o para adaptarnos a partir de lo que nos quede en pie.
La responsabilidad y la solidaridad individual nunca fueron tan importantes para lograr un bien común. Espero que cuando volvamos a las calles lo hagamos con más ganas y humanidad que nunca.
"Escribo estas líneas con fe y la esperanza de que, entre todos, logremos entender la importancia de mantenernos erguidos cuando el peso de la corona –aun no siendo reyes– parece aplastarnos. A ver si lo consigo"
El ser humano tiene una serie de necesidades vitales fundamentales que necesita tener cubiertas. Además de la más básica, la de supervivencia, está la necesidad de afecto y amor, la seguridad y la libertad.
Pongamos freno dentro de las organizaciones a las “personas toxicas”. Crean alarma, inestabilizan y hacen más débil a los equipos y a las empresas. Busquemos el antídoto de este "virus" que puede destruir nuestros productos y servicios, alterar nuestro posicionamiento, e incluso sacarnos del mercado y hacernos morir como organización.
En tiempos de incertidumbre, recordemos parar para recapacitar y pensar bien en las medidas a adoptar. Sobre todo en la medida en la que pueden afectarnos después a largo plazo.