Debemos educar en que los valores utilizados en nuestro día a día en la escuela, en el trabajo, en la universidad y en definitiva en nuestra vida física deben serlo también en nuestra interacción con el mundo digital.
Antes de publicar, debemos ser conscientes de dónde quedan nuestros comentarios, a quién llega y las consecuencias que puede acarrear. Para ello nuestra mejor arma, como en la vida, es utilizar el sentido común. Debemos utilizar las redes sociales, sí, pero con responsabilidad.