Solo las empresas alineadas con la tecnología (permitidnos decir “física y mentalmente”) serán las que tengan un futuro más exitoso tras esta pandemia y frente a la crisis que se nos viene encima.
Algunos de aquellos pacientes que acompañé durante estos 3 meses al hospital no ha vuelto a casa (cosas de los pueblos, que todo el mundo te informa de lo que le ha pasado a fulanito o menganito...). Y todas las veces que me han contado que tal o cual no ha vuelto y ha fallecido en el hospital se me han saltado las lágrimas. He deseado que no falleciesen solos, que algún compi del hospital estuviese ahí para sostener su mano en los últimos minutos...
No existe una varita mágica que nos saque de esta situación, cada uno deberemos hacer nuestro traje a medida, adaptándonos a nuestra situación personal y poniendo foco en lo importante, en lo que crea valor y también en nuestra vida.
Era un simple estudioso del Derecho cuando mis maestros del CEU me sugirieron –ya no recuerdo si en la disciplina de romano, historia o filosofía– que me amoldase a lo que me tocara en suerte (siempre con afán de sana superación) y que amase a las personas con las que en suerte me tocase vivir. De nuevo, Marco Aurelio.
En una sola fase y de golpe, pasamos de estar preocupados por la peligrosidad real de la pandemia a un modo "confiado". Enrique nos trae esta interesante reflexión que no debería pasar desapercibida por todos.
Incluso en los peores momentos, somos capaces de encontrar alternativas y oportunidades para generar valor. No hay que bloquearse, tenemos que pasar a la acción ante las realidades que nos ha tocado vivir.