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Parece que cada vez estamos menos sensibilizados con las desgracias. Gente pidiendo por la calle, bajo la lluvia… Una campaña de recogida de dinero para una ONG… Personas sintecho durmiendo en algún cajero con sus pertenencias en un carro de la compra. Desgraciadamente, son situaciones que, para muchos, se han convertido en algo normal que vemos cada mañana al ir a trabajar.
¿Nos afecta? ¡Por supuesto! Pero pasados cinco minutos la mente está en la carretera mientras conducimos hacia el trabajo. O en la pantalla del móvil, que tiene 50 notificaciones nuevas.
Es un debate en el que no necesitamos entrar, puesto que la sensibilidad de cada uno es muy particular. Igual que es muy particular la manera en que nos comprometemos individualmente con intentar hacer de este mundo un lugar mejor.
Pero hoy una cosa que nos debería alegrar profundamente. Y es que cuando desgraciadamente nos vemos inmersos en alguna catástrofe en cualquier parte del mundo, nuestra sociedad se vuelca de lleno. La guerra, un huracán, un terremoto…
Pasa algo, y ahí estamos todos dispuestos a ayudar.
Afortunadamente la solidaridad o altruismo existe. Sale de nosotros gracias a la empatía. Y sale como una leona que va a defender a su prole. Es una de las mejores cosas que tiene el ser humano. Pero a esta solidaridad muchas veces necesitamos darle una continuidad.
Entonces, puede que no nos estemos simplemente insensibilizando. A lo mejor es que nuestros criterios para reaccionar a la estética del drama están cambiando.
Ahora vemos el drama con más frecuencia. Después de todo, ¡estamos en la era de la comunicación y de la información en tiempo real! Puede que solo esté cambiando nuestra forma de reaccionar. Con nuestras vivencias y experiencias aprendemos a ponernos en el lugar del otro, nos acercamos al sentimiento de los demás y lo hacemos nuestro. La empatía es la clave para que surja la solidaridad, ya sea en gestos altruistas puntuales o en una solidaridad más estable y continuada.
La solidaridad nos ayuda no solo a sentirnos bien con nosotros mismos, sino en otros aspectos de la vida tan relevantes como es nuestra profesionalidad.
Somos solidarios porque queremos cambiar lo que no nos gusta. Porque queremos ser parte de la ayuda.
DESDE CEU QUEREMOS IMPLICARNOS EN TODO LO QUE PODAMOS
Empezando por nuestra responsabilidad educativa. En los centros CEU enseñamos con valores. Es en la infancia donde echan sus raíces más profundas. La solidaridad en los niños es uno de los valores más importantes que podemos enseñar y reforzar.
No esperemos a otra gran catástrofe para aportar un pequeño granito de arena.
En CEU Alumni queremos seguir siendo solidarios. Y queremos seguir impulsando a la gente a que nos ayude. Queremos trabajar en unidad y con empatía.
Queremos convertirnos en Alumni Solidarios.
¿SABES QUE TU APORTACIÓN CAMBIA VIDAS?
Además de todas las ventajas que te ofrecemos al ser Alumni Solidario (networking, formación, ayuda al emprendimiento, descuentos…) siempre intentamos ir un poquito más lejos.
Las cuotas van destinadas a programas de voluntariado y cooperación internacional (con más de 150 proyectos en marcha). Tenemos proyectos como Makeni… Becas de estudio (más de 9 millones de euros invertidos el año pasado) y mucho más…
Es por eso que queremos AGRADECERTE tu presencia, tu apoyo, tu implicación y tu compromiso.
Porque todos, aunque pequeños, somos parte de algo muy grande. Porque ser Solidario va más allá de ser Premium.
Pasito a pasito, juntos, logramos grandes cosas. Gracias a ti, formamos esta gran familia. De nuevo,
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