POR QUÉ SER MENTOR
Hace ya tiempo que volví a la Universidad, no solo era una vuelta porque me habían invitado a un evento y quería ampliar conocimientos, sino porque realmente me apetecía recordar aquellos cinco intensos años.
Al mismo tiempo, me hacía preguntas sobre si realmente había visto lo que era necesario en la vida real. Muchas veces me había preguntado mirando a esos alumnos que podían ser mis hijos, qué imagen tenían de la vida real, del mundo laboral. Porque la Universidad queramos o no es una burbuja maravillosa que nos tiene pensando que vamos a salir sabiéndolo todo…
Mi primer contacto con el mentoring
En una de esas visitas, coincidí con María Jesús Lago, que me habló del programa de Mentoring. Yo lo conocía, pero la verdad nunca había profundizado. Casualmente el año pasado tuve un poco más de tiempo puesto que estaba en un periodo de transición profesional, y me dije: "¿Y por qué no? Seguro que alguien puede encontrar un camino mucho más fácil si le ayudamos y puede tener más claro qué hacer".
Pensaba que a mí misma me hubiera venido muy bien en su momento tener un guía, alguien que al final simplemente te lleve por un camino por el que pensar…
Para algunas personas será una simpleza simplemente pensar, pero si realmente tienes que decidir qué hacer con tu vida o simplemente estás buscando analizar si quieres encaminarte por un reto u otro o simplemente seguir estudiando.
El valor de la experiencia
Eso es el valor de la experiencia del mentor. Ayudar a pensar, valorar un camino que nos puede llevar a donde queremos o pensamos que queremos y que, aunque tenga piedras, puede ser más o menos recto, porque consiste en ayudar a sortear pero no quitarles las piedras.
Visto así se puede decir que la ayuda es en una dirección y que nosotros, como mentores, no recibimos nada, sólo aportamos. Todo lo contrario, hacer pensar a los demás hace que también seamos capaces de ponernos a pensar nosotros mismos. Y esto es lo que en nuestro día a día no hacemos. No buscamos alternativas para poder ayudar a los demás. Y cuando lo consigues, las encuentras y consigues ayudar, la sensación es estupenda. Has conseguido el objetivo y al final tu satisfacción viene del esfuerzo mutuo, ese esfuerzo compartido que consigue abrir un camino para el alumno, para el mentee.
Totalmente recomendable la experiencia. Demos un poquito de lo que tenemos de esa experiencia de vida que podemos aportar y vamos a llevarnos una gratitud mucho mayor.
Mercedes Vázquez. Alumni CEU.
Si quieres saber más sobre nuestro Programa de Mentoring, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Descubre más pinchando aquí.